Kawela | Trajes de baño sustentables
Del agua los rescatan y al agua vuelven, convertidos en trajes de baño. Así elijo sintetizar la trazabilidad de los textiles de la marca Kawela Swimwear, la opción sustentable que es parte del mercado y despierta el interés del consumidor responsable.
El emprendimiento, que ya tiene siete años, trabaja con PET Reciclado[i] y Econyl®[ii] para el diseño de enterizas, bikinis, bikers, tops y shorts masculinos; con cáñamo[iii], algodón orgánico[iv] y algodón natural de la cooperativa chaqueña Inimbó para el desarrollo de remerones, pilusos, remeras y buzos; y con cuero vacuno curtido vegetal para la elaboración de algunas sandalias ya que otras son de cuero Piñatex, un cuero vegetal hecho de fibra de piña. “Estamos en tratativas para traer cuero deserto, una alternativa que llegaría de México y que se obtiene del cactus”, me comparte Victoria Moro.
Las primeras dos temporadas de Kawela, nombre que tomó prestado de una playa virgen de Hawaii, fueron 100% poliéster hasta que Victoria, encargada de diseño y producción, pudo conseguir los tejidos de bajo impacto con los que siempre quiso trabajar. Por ahora el equipo se completa con su marido, en el área de marketing digital. Por esos hilos del destino, ellos se conocieron en un work & travel en Estados Unidos, pese a que estudiaron, casi juntos, en Tucumán por muchos años.
“Estudié diseño textil en la UBA y trabajé de modelo (fitting) para marcas internacionales como Armani, Balenciaga, Alexander McQueen en donde pude conocer mejor la industria de la moda. En algunos lugares había un greenwashing muy importante, en otros estaban buscando mejorar las materias primas con las que trabajaban. Desde mi lugar y en ese momento no podía accionar demasiado, pero comencé a ver que había otras formas de trabajar, con alternativas que en Argentina no habían llegado”, compartió Victoria desde su oficina en el piso 10 del showroom de la marca, ubicado sobre la Avenida Santa Fé.
Vicky decidió que su tesis sería sobre tintes naturales en cáñamo, sus profesores apoyaron la idea, aunque le advirtieron que todo iba a ser experimental. Aprecio que la variedad de tonalidades (particularmente en la línea de remería) formen parte del proceso, que hace a la naturaleza sustentable.
- ¿Cómo te las rebuscas para conseguir las telas?
-Me sirvió haber vivido en muchos países. Soy curiosa, por ejemplo, si viajo a Chile me pregunto ¿qué puedo conseguir allá?, no me quedo sólo con lo que pude investigar en línea. Somos un puente enorme, entre todos nos ayudamos. Así es como si encuentro un proveedor y otro me pregunta, le comparto el dato. Haber participado en Bioferia nos permitió conectarnos con muchos más.
Todo el tiempo estoy buscando materia prima, ¡la que consigo sale! En Kawela trabajamos con tres talleres: Javier (las sandalias), Celeste y Aye. Celeste nos hace la mayoría de las cosas y está reabierta a probar textiles nuevos. Algunas cosas funcionan de una manera y para otras hay que buscar alternativas, muchas veces a otro costo.
-Tema costos
-El hecho de que los textiles principales sean importados, hace sin duda la diferencia, pero el producto sigue siendo competitivo en valor. Tenemos los mismos precios que casi todos los bikinis del mercado.
- ¿Dónde te pueden comprar?
-La mayoría de las ventas llegan del canal online https://kawelasustentable.com/ y vendemos a todo el país. Nos escribieron de México, Uruguay y Chile, pero no llegamos a cubrir las cantidades mínimas de producción y además necesitamos saber cómo enviarlo. Siempre analizo dónde puede llegar a estar mi producto, sin duda amerita una investigación de mercado previa que me permita conocer con qué marcas compartirá espacio.
- ¿Cómo viajan los productos al cliente?
-Nuestras etiquetas, de papel plantable, cuentan con un código QR para que la gente conozca más acerca de nuestra filosofía por el respeto y cuidado del medio ambiente. Todo lo que tenga tintes naturales incluye, además, instrucciones especiales para tener en cuenta a la hora de lavarlo. Empaquetamos nuestros productos y armamos los pedidos de envío usando bolsas biodegradables. Del showroom se entregan en bolsas hechas a base de almidón de maíz y si tenemos, en bolsas de algodón orgánico de la cooperativa chaqueña
-Contame acerca de ReforestArg
-Es una organización que tiene como objetivo la restauración y conservación de los bosques nativos (en el sur de nuestro país y en Córdoba) a través de plantaciones colectivas. Nosotros apoyamos su causa donando un porcentaje de nuestras ventas para que puedan continuar con su misión.
Desde el lugar de cada uno, podemos hacer un montón. Nosotros solos no podemos cambiar toda la industria textil, pero desde acá podemos hacer mucho. Ojalá pueda, a futuro, traer todos los insumos (suspensores internos, cordones), de proveedores ecofriendly, pero mientras tanto hacemos todas las acciones que creemos convenientes para seguir sumando a tener un mejor planeta.
PD: Me probé muchos modelos más y te los desfilo en un reel clic aquí
[i] El Polietileno Tereftalato, también conocido por su sigla PET, es un tipo de plástico comúnmente utilizado en envases y botellas de gaseosa, agua y aceite, entre otros. Además de ser 100% reciclable, sus aplicaciones varían desde la fabricación de más envases hasta la producción de abrigos de polar.
[ii] Producido por el grupo italiano Aquafil, uno de los líderes globales en la producción de nylon reciclado.
Se puede regenerar un número ilimitado de veces sin comprometer su calidad, lo que quiere decir que se adapta a la perfección a un modelo de economía circular. El hilo de Econyl ayuda a corregir el flujo de basura global presente en vertederos y océanos, ya que para su confección se procesan antiguas redes de pesca, alfombras y plástico industrial.
[iii] Se adapta a las múltiples condiciones climáticas y a pesar de crecer en suelos pocos fértiles, no necesita riego. Es una planta resistente y no se ve afectada por plagas, por lo tanto, no necesita pesticidas. el cáñamo contrarresta la erosión del suelo. es una fibra robusta, duradera y versátil
[iv] Para su producción no se utilizan pesticidas industriales ni fertilizantes sintéticos. En su lugar se usan preparados naturales y abonos orgánicos, así como también variedades no transgénicas para lograr menor presión de malezas y cuidar la calidad del suelo.
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