Murió Jane Birkin
Jane Birkin era delgada y bonita, imposible que algo no le pudiera quedar bien. Elegía lo clásico y sabía cómo lucirlo. Tenía charme. Un par de jeans, una básica blanca y una gabardina beige, que en muchas de nosotras requiere de un twist para terminar de completarse, en Jane se llevaba sin demasiado esfuerzo. Supo abrazar su individualidad de la misma manera que abrazó el clásico bolso que Hermès bautizó con su apellido. Y la historia dice así…
Hasta principios de los ochenta siempre usó el mismo tipo de bolso: un canasto de mimbre o paja, más propio para hacer picnics que para viajes en avión. Un día de 1984, en un vuelo internacional, la sentaron junto al gerente de Hermès, Louis Dumas, a quien le confesó que, aunque el canastito no le era cómodo, lo llevaba porque no encontraba un bolso de piel que se adaptasen a sus necesidades
¿Qué llevaba Jane en la cartera? De acuerdo con una imagen tomada por la directora de cine Agnés Varda, la Sra. Bikin llevaba una Victorinox, dos libros, pastillas, papeles varios y una cinta scotch. Imagino que también tenía las llaves de la casa y las del auto, algo de plata, las tarjetas, pañuelos de papel y …
El Sr. Dumas, con una creatividad innata y una visión clara, dibujó de inmediato un bolso de viaje rectangular, flexible y amplio, con un canto bruñido y pespuntes de guarnicionero. Y, además, ¡con un compartimento para las mamaderas, porque para ese momento Jane era madre primeriza. Así nació el clásico que llevó su nombre y que casi lo pierde.
Al parecer estaba todo bien entre Jane y Hermès hasta el 2010. En julio de 2015, la asociación PETA (People of the Ethical Treatment of Animals) compartió un video filmado en una granja de cocodrilos de Zinbabwe y otro en una de Texas, que ilustraba al detalle el (mal) trato que recibían los animales. Ellos eran quienes suministran a Hermès las pieles con las que luego fabricaban sus famosos bolsos.
Como consecuencia de toda esta polémica, la cantante y actriz británica se sumó a una iniciativa promovida por el actor Joaquín Phoenix en contra de la firma y solicitó formalmente a los responsables de la maison que cambiasen el nombre al icónico bolso.
Desde Hermès se hicieron, en parte, cargo y pusieron en marcha un riguroso programa de control y auditoría en lo relacionado con todos sus proveedores de pieles. En su web de la Maison encuentran su compromiso sostenible https://www.hermes.com/es/es/story/135726-desarrollo-sostenible/
Según leí por ahí, Jane quedó conforme con las cartas tomadas y la Birkin sigue conservando su nombre. Aunque en 2017, saliendo de un acto homenaje a Serge Gainsbourg (de quien se había divorciado en 1980 para casarse con Jacques Doillon) se dejó fotografiar con su característica canastita. Será que siempre se vuelve al primer amor.
El bolso Birkin es una pieza artesanal elaborada a mano, producida en dos tamaños y trae un accesorio impermeable para colocar en los días de lluvia. Las piezas más pequeñas son más costosas que las de mayor tamaño. Están elaboradas con pieles de animales como avestruz, cocodrilo o culebra en una amplia variedad de colores, desde un estridente naranja, pasando por un rosado chicle, hasta un clásico blanco o un elegante negro. La calidad de la piel, así como el grosor, son difíciles de imitar. Un detalle inconfundible y característico para saber que no es una imitación es que el interior del bolso siempre es del mismo color que el acabado externo
Bonus Track! Lo de la lista de espera de dos años para hacerte de tu Birkin al parecer es todo un cuento y en este libro comparten algunos detalles. ¿Alguna lo leyó?
Fotos Roland Godefroy | Getty Images
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