MET GALA 2024

El inevitable paso del tiempo, una alegoría sobre la fugacidad de la existencia es lo que se lee en el relato corto de 1962 del escritor británico J. G. Ballard (Shanghai, 1930 - Londres, 2009): The garden of Time, responsable del dress code de la #MetGala que tuvo lugar ayer, en el Museo de Arte Metropolitano, en New York.

Las flores del tiempo del cuento son delicadas flores con un corazón de cristal que el conde arranca una a una de su jardín con el propósito de detener momentáneamente una horda de hombres y mujeres, entre los que se distinguen unos cuantos soldados de raídos uniformes, que avanzan hacia la preciosa villa, repleta de obras de arte, en la que Axel (el conde) vive con su esposa.

El paso del tiempo es inevitable. Cada uno decide qué ponerse para acompañar la evolución de su estilo personal, de acuerdo con el código de vestimenta o asumiendo el riesgo de lucir un outfit innovador, de tanto en tanto, con todo lo que eso implica.

Ese fenómeno eterno y en constante renovación, universal y concreto, que tiene sus raíces en la imitación, conocido como moda, entra en vigor e interesa a una mayoría en un momento determinado. El estilo es otra cosa e identificarlo no es una acción inmediata, implica frenar y mirarse, es decir, auto descubrirse. Es un proceso continuo porque, a medida que transitamos más experiencias y cambiamos internamente, el estilo (la expresión estética externa de lo que somos) también se modifica y transforma.

De la MET GALA, edición 2024, rescato:

El vestido a modo de jaula de pájaros que llevó Sarah Jessica Parker y que está firmado por Richard Quinn. El diseñador se inspiró especialmente en la idea de preservación: "Siempre me ha fascinado la belleza perdurable de la ropa de archivo de épocas pasadas", dijo. "Con este vestido, queríamos jugar con la idea de preservación; el vestido parece tan frágil que es casi efímero, pero con cuidado y mimo se ha construido para durar".

Alia Bhatt inspirada en sus raíces indias recurrió al modisto Sabyasachi para vestir un lindo diseño que propuso una cola de 23 pies, demandó 1965 horas de trabajo a mano y un equipo de 163 personas entre artesanos, bordadores y tintoreros.

Kendall Jenner llevó un vintage de Givenchy de los tiempos de McQueen. También de Alexander fue el diseño de Lana Rey, colección Fall 2006

Zendaya fue de las primeras en llegar con un vestido firmado por Galliano (basado en una creación de Dior de 1999) para Maison Margiela Artisanal, un festín de organza y lamé cortado al bies con corsé de satén turquesa, entre frutas y colibríes. Sin embargo, antes de que cierren las puertas del museo, Zendaya vuelve a aparecer con un espectacular vestido negro de la colección de alta costura de primavera de 1996 de Givenchy, junto con un enorme tocado floral.

Nicole Kidman es romántica y su diseño de Balenciaga fue una adaptación del original de 1951. Lograrlo demandó 400 horas + 300 horas de bordado a mano. Mientras que el largo nude de Mindy Kaling simbolizaba una flor que se derrite con el tiempo, obra de Gaurav Gupta.

Da' Vine Joy Randolph fue de jean. La carta de presentación de Zac Posen como director creativo para GAP. El imponente vestido fue una declaración de confianza en Posen, teniendo en cuenta que para el forro naranja del vestido se inspiró en el puente Golden Gate en San Francisco, donde se fundó Gap en 1969. Sin duda una apuesta de mayor relevancia a la cultura popular y la industria de la moda. El denim es eterno.

Enjoyada llegó Cara Delevingne, una del squad de Stella McCartney la diseñadora ecofriendly que hizo colaboración con Vrai, la joyería sostenible que acercó los diamantes cultivados con certificación de carbono neutral, cero emisiones, alimentados con energía renovable fueron cortados y pulidos para el máximo brillo por expertos artesanos.

En un guiño a las arenas del tiempo, Olivier Rousteing, el director creativo de Balmain le diseñó a Tyla un vestido de arena. "La inspiración detrás de esta creación surgió del deseo de redefinir los límites y transformar un material transitorio en una obra de arte eterna", confesó en la entrada del museo. El vestido strapless fue confeccionado para abrazar cada centímetro del cuerpo de la cantante antes de convertirse en una cola de sirena de organza. Tan ajustado que tuvieron que hacerle a upa porque no podía subir los escalones. Sin embargo, una vez adentro, fue el mismo Olivier el que decidió cortarlo para agilizarle la velada.

Confeccionado con tres colores de arena y mezclado con tachuelas de microcristales, el vestido brilla con cada movimiento de Tyla. En otro guiño al tema de la noche, también desfiló con un bolso de mano en forma de reloj de arena by Balmain.

Mientras el revuelo por la MetGala continúa en redes, del 10 de mayo al 2 de septiembre, Sleeping Beauties: Reawakening Fashion abrirá en el Costume Institute de Nueva York.

La muestra constará de tres zonas, tierra, mar y cielo, y cada una en unas 26 estructuras transitables con forma de campana o burbujas como si fuesen terrarios de moda. Desde un corpiño isabelino del s. XVII a las más recientes adquisiciones del museo. 250 prendas y accesorios que abarcan cuatro siglos, unidos visualmente por una iconografía relacionada con la naturaleza, como metáfora de la fragilidad y lo efímero de la moda.

De las doscientas, 50 piezas procedentes de los fondos de los archivos. Son tan frágiles como para volver a vestirse o ponerse sobre maniquíes que se exhibirán en ataúdes de cristal. Las bellas durmientes despertarán (a su manera) gracias a la tecnología de los especialistas: la técnica del ilusionismo conocida como el fantasma de Pepper se utilizará para revivir algunas de ellas, mientras que el uso de animación en vídeo, proyecciones, paisaje sonoro, IA, CGI y otras formas de estimulación sensorial servirá para entretejer el contexto que dé sentido a cada pieza.

"La moda es una de las formas artísticas más emotivas por su conexión con el cuerpo. Está impregnada de memoria y emociones, y nos relacionamos con ella en gran medida a través de nuestros sentidos. Espero que esta exposición estimule esa apreciación sensorial de la moda", dijo Andrew Bolton, curador del Costume Institute

Imágenes: GETTY Images