Murió Issey Miyake
Toshiro se fue a visitar a sus abuelos durante el receso escolar de 1945. Naomi, su mejor amiga, se quedó en Hiroshima cuando cayó la bomba atómica. Él la buscó y le llevó mil grullas plegadas con los papeles de su casa para que su amiga, en sus últimos minutos de vida, alcanzara la felicidad. Ellos son los protagonistas del cuento Mil Grullas de Elsa Bornemann. Issey Miyake también estuvo en Japón para la misma época y también, a lo largo de su carrera, puso en práctica, entre otras cosas, el arte de plegar.
Miyake trabajó para Givenchy. Antes de estudiar confección y sastrería en la École de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne en 1965, estudió diseño gráfico en la Tama Art University de Tokio. El background que le permitió a finales de los ´80, desarrollar una nueva forma de plisar la tela, inspirándose en los vestidos de seda plisados de Delphos, envolviéndola entre capas de papel en una prensa térmica. Su Pleats, Please pasaría a la historia porque logró demostrar, tras varias pruebas, que los pliegues permanecían en su lugar y no se arrugaban.
Ready to wear SS2011, su última colección femenina al frente de su marca
Los diseños de Miyake se caracterizaban por adaptarse al cuerpo de quien los llevaba. Investigaba el tejido hasta conseguir la máxima integración, prescindiendo de cierres, botones y demás elementos no orgánico. En tiempos de crisis (económicas y climáticas también) la reducción de costos que no le quita valor a la prenda en sí misma, es altamente elogiada.
Su concepto A-POC: A Piece of Cloth, un sistema de creación de prendas con una sola pieza de tela, con corte mínimo y una gran adaptabilidad, no requieren costura cuando se corta. Cada cual puede ajustar sobre su cuerpo, con un accesorio por ejemplo, como el total look de negro, que dejó ver la pasarela Spring Summer 2022. Miyake investigó los tejidos, recuperando telas tradicionales japonesas como el sashiko, el oniyoryu, el ratán y el papel; respetó la memoria de las prendas y el público se liberó de la uniformidad.
Con la naturaleza como referencia, combinando técnicas ancestrales y nuevas tecnologías, experimentó con los materiales que llegaron a sus manos. Creó un bustier de acrílico, con plástico y metal, para la pasarela el otoño/invierno de 1980.
Cuando Steve Jobs visitó Sony registró que todos los empleados de la compañía usaban uniforme [diseñado por Issey] Steve decidió repetir la fórmula en Apple, pero no tuvo éxito con los suyos. Sin embargo, el look de Jobs quedó resuelto de manera simple y rápida. Llegó a comprar dos docenas de poleras negras por año. Tan grande fue la amistad entre Issey y Steve que al momento de la partida del empresario, el diseñador retiró, discretamente, la polera del mercado.
Yusuke Takahashi pasó diez años con Miyake antes de dejar su papel como director artístico de Issey Miyake Men en 2020 para lanzar CFCL. La nueva marca de Takahashi se basa en prendas de punto desarrolladas por computadora, con hilos de poliéster sostenibles y certificados. La innovación textil, por parte de la marca, es parte del legado de moda continuo de Miyake, como lo es la famosa polera negra que llevaba Jobs.
Imágenes cortesía de Issey Miyake, Condé Nast Archive y Marcus Tondo / GoRunway.com
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