Atelier Delcroix
Con un pie en el atelier, siento la necesidad imperiosa de descalzarme. El espacio es aséptico, inmaculado, exquisito. Me da miedo tocar algo porque temo alterar su equilibro. Sin embargo, Sofía Delcroix me da carta blanca para que toque, revise y saque fotos de lo que quiera.
Una prenda conocida de algún lado me llama, al cabo de un rato me acuerdo que ya la había registrado en Puro Diseño: edición 2022, quizás me reconoce, no lo sé. Se trata de una básica blanca realizada con una pasta serigráfica. Es algo rígida y con una interesante textura. Rara, pero en el buen sentido.
Continúo escaneando todo. Delcroix ofrece camisas, pantalones y vestidos. Uno de lino con terminaciones a mano y sin costuras a la vista, propone una torción en el hombro que lo vuelve interesante. “Éste se vendió un montón”, me cuenta Sofía mientras agrega que para el textil atemporal se inspiró en la simpleza y elegancia de Lilly Reich, uno de los mayores referentes femeninos de Bauhaus. Sin querer una referencia fotográfica de un diseño que en su momento realizó su abuela se le parece. Todo queda en la familia.
Algo de color se asoma, son los tejidos a mano de algodón, una colección cápsula que tejen amigas de su abuela, y que reflejan la esencia del Atelier inspirada en la arquitectura contemporánea, con su relación forma – funcionalidad y el menos es más.
El proceso creativo de sus total looks pincelados lo encuentran en sus redes @atelierdelcroix
El espacio ubicado en pleno barrio de Recoleta, puertas adentro, no es muy grande, pero ofrece muchísimo. Ya pasó algo más de una hora desde que llegué y todavía no pispié los aros elaborados en cerámica gres que, en algún momento del proceso se transforman en piezas de joyería, ni los colgantes en plata modelado, tallados y pulidos artesanalmente. Todo a su debido momento.
Ahora que terminé con los accesorios, alcanzo el pasillo para ver de cerca una falda plisada estampada sobre satén, con cintura elastizada y largo midi que cuelga de una percha; para la que Sofía me aclara que viene con un top. Divino.
“Arriba tengo la mesa de trabajo”, me dice y me invita a subir. Una vez allí, esa misma estampa la observo en una puffer también de satén, rellena de guata, con forrería en microfibra y múltiples bolsillos. “Todos conforman la cápsula Dessau”, leo en el storytelling del atelier.
Ideas, dibujos, referencias más algunas que otras telitas están pineada en la pizarra de su mesa de corte. Qué se trae entre manos forma parte de otra historia.
Imágenes Vestite con Estilo
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