Si tu guardarropa te termina quedando igual de cómodo que un jean dos talles menos, algo no está bien. Porque por más que ordenes por productos, por bloques de color o por estilo de prendas, , el nuevo estado durará poco o nada si no se aprende a leer el orden o desorden que se atesora ahí adentro. Son mucho más que pilchas acumuladas, allí se esconden los secretos de toda una vida.